¿Alquiler de Larga Estancia o Alquiler Vacacional? 2 Opciones.

Esa es la cuestión. ¿Alquiler de Larga estancia o Alquiler Vacacional? , esa es la pregunta que se hace, que nos hace, cada persona que tiene una vivienda disponible o está pensando en invertir en una.

Como en todo en esta vida, cada una de las opciones tiene sus ventajas y sus inconvenientes y depende mucho también de la situación personal, laboral, del tiempo disponible y sobre todo de la fiscalidad.

Lo más importante sin duda, es el rendimiento económico, un piso de alquiler, en ambos casos, no deja de ser un negocio, una manera de ganar dinero y lo hacemos buscando la máxima rentabilidad.

Dependiendo de la zona y por supuesto de la demanda, el Alquiler Vacacional ofrece un mayor porcentaje de ingresos. Si se hace un buen estudio del mercado, que perfil de turistas viajan a ese lugar y se adecúa la vivienda para ese tipo de personas, es fácil moverse en unos ingresos anuales entre 15000€ y 30000€.

Hay que tener en cuenta que de ahí hay que descontar, no solo los gastos comunes de la vivienda como el IBI o la Comunidad, si no que todos los gastos de suministros corren por cuenta del propietario. Además los gastos generados por la rotación de inquilinos, mantenimiento, limpieza, etc…

Evidentemente desde el punto de vista fiscal la tributación de una Vivienda Turística es mucho más alto que una que esté destinada a vivienda habitual.

Además de los permisos necesarios y todas las exigencias de seguridad que hay que realizar para cumplir la normativa de Vivienda Turística.

La Vivienda habitual o el Alquiler de Larga Estancia, comienza con la ventaja de que tiene una bonificación del 60% en la declaración del IRPF.

Los suministros en la mayoría de los casos van por cuenta de la persona que alquila la vivienda y como la rotación es mucho menor, los ingresos, aunque normalmente más bajos, son más constantes.

En la Vivienda habitual, normalmente, conocemos a las personas que residen en nuestro inmueble, incluso podemos tener un contacto cercano, con ello aumenta también la sensación de tranquilidad, sin tener grandes preocupaciones y sin tener que estar constantemente pendientes de la vivienda.

Por regla general, las personas cuidan las viviendas en las que residen, porque es su hogar, además a pesar de los grandes titulares que aparecen y de las “leyendas urbanas” sobre impagos y destrozos, lo cierto es que no ocurren con tanta frecuencia como se quiere hacer creer.

Existen también seguros de impagos del alquiler, que además de ser un estupendo filtro para determinar la solvencia de los inquilinos, cubren un mínimo de 6 meses de impago y también una cuantía por desperfectos dependiendo del tipo de seguro que se haga. Con un coste aproximado de media mensualidad.

En definitiva, ninguna opción es mejor que la otra y todo depende del tipo de “negocio” que queramos realizar, si nos va la marcha y nos apetece ser anfitriones o simplemente nos gusta más la tranquilidad y preferimos ser arrendadores.

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