Muchas veces, en el momento de vender una vivienda, no nos planteamos la posibilidad de reformarla previamente.
A veces por miedo a no recuperar lo invertido, otras veces por pereza o desconocimiento.
Pensamos que ya, los nuevos propietarios, harán lo que quieran y la reformarán a su gusto.
Lo malo de esto, es que la mayoría de las personas que buscan vivienda, se quedan con la primera imagen y ven un piso feo, oscuro, viejo y en muy malas condiciones.
Esto es uno de los grandes impedimentos a la hora de vender, ya que los futuros propietarios no se imaginan la cantidad de posibilidades que ofrece esa vivienda.
Contando con el asesoramiento de expertos, que sepan sacar todo el partido que nuestra propiedad ofrece, la recuperación de lo invertido no solo está asegurada, si no que el incremento de valor de la vivienda suele ser exponencial.
Además los plazos de venta se acortan de manera significativa, pasando a vender viviendas que llevaban hasta años en el mercado sin que nadie les prestara atención, a ser una vivienda demandada con varias ofertas de compra.
Reformar, amueblar y decorar una vivienda, puede no ser una inversión tan significativa como nos pensamos, viendo al final el extraordinario beneficio y retorno de la inversión que nos aporta.